Actividad física y tercera edad

Publicado el 09 de abril de 2025

¿Vendes cursos online?

¡Certifica tu formación!

En un mundo donde la esperanza de vida continúa aumentando, la actividad física en la tercera edad se ha convertido en una herramienta imprescindible para preservar la salud, la autonomía y el bienestar general. Cada vez son más las personas mayores que desean mantenerse activas, funcionales y conectadas socialmente a través del ejercicio. No hablamos solo de mejorar la condición física, sino de prevenir enfermedades crónicas, reducir el riesgo de caídas, combatir el aislamiento y potenciar la autoestima.

En este contexto, el rol del profesional formado en actividad física para mayores es más relevante que nunca. Se requiere mucho más que conocer ejercicios: es fundamental comprender los cambios fisiológicos y psicológicos propios del envejecimiento y cómo adaptar el movimiento a cada caso, desde una mirada empática y técnica. Tal y como señala la Organización Mundial de la Salud (OMS), mantenerse físicamente activo es clave para un envejecimiento saludable, incluso con limitaciones funcionales.

En este artículo descubrirás por qué formarte en este ámbito puede marcar la diferencia tanto en tu carrera como en la vida de quienes te rodean. Te mostramos todo lo que necesitas saber para convertirte en un referente del movimiento saludable en la tercera edad.

¿Por qué es tan importante el ejercicio en la tercera edad?

Beneficios físicos, psicológicos y sociales

La actividad física regular en la tercera edad es esencial para mantener la salud y el bienestar. Según el National Institute on Aging, el ejercicio ayuda a reducir sentimientos de depresión y estrés, mejora el estado de ánimo, aumenta la energía y mejora el sueño. Además, fortalece los músculos y mejora la movilidad, lo que es crucial para prevenir caídas y mantener la independencia.​

Prevención de enfermedades crónicas y mejora de la autonomía

La actividad física también juega un papel clave en la prevención y el manejo de enfermedades crónicas. La Organización Mundial de la Salud destaca que el ejercicio regular reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 y ciertos tipos de cáncer. Además, mejora la salud mental y cognitiva, y ayuda a mantener un peso saludable.​

Recomendaciones de la OMS y organismos oficiales

La OMS recomienda que los adultos mayores realicen al menos 150 minutos de actividad física moderada a la semana, incluyendo ejercicios de fuerza y equilibrio para prevenir caídas. Estas recomendaciones están respaldadas por organizaciones como el Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (INAPAM), que promueven programas de ejercicio adaptados a las necesidades de los adultos mayores.​

Cambios fisiológicos y necesidades específicas del adulto mayor

Envejecimiento muscular, óseo y cardiovascular

Con el envejecimiento, el cuerpo experimenta varios cambios fisiológicos:

  • Musculares: Disminución de la masa y fuerza muscular, lo que puede afectar la movilidad y aumentar el riesgo de caídas.​

  • Óseos: Reducción de la densidad ósea, aumentando el riesgo de fracturas y osteoporosis.

  • Cardiovasculares: Disminución de la capacidad aeróbica y aumento de la rigidez arterial, lo que puede afectar la circulación y la presión arterial.​

Flexibilidad, equilibrio y movilidad articular

La flexibilidad y el equilibrio también disminuyen con la edad, lo que puede afectar la capacidad para realizar actividades diarias. La movilidad articular se ve reducida, y es común experimentar rigidez y dolor en las articulaciones. 

Consideraciones clave antes de planificar una rutina

Antes de iniciar un programa de ejercicio, es importante:

  • Evaluar la salud general: Consultar con un profesional de la salud para identificar posibles limitaciones o condiciones médicas.​

  • Personalizar el plan de ejercicio: Adaptar las actividades a las capacidades y necesidades individuales.​

  • Incluir variedad: Combinar ejercicios de resistencia, fuerza, flexibilidad y equilibrio.

Perfil profesional del instructor para mayores

Formación necesaria y competencias clave

Un instructor especializado en actividad física para la tercera edad debe contar con una formación sólida en áreas como anatomía, fisiología del envejecimiento y diseño de programas de ejercicio adaptados. Instituciones como ARP Certificate ofrecen certificaciones a cursos que avalan la competencia profesional en este campo.​

Diferencias con otros perfiles (monitor de gimnasio, fisioterapeuta, etc.)

  • Monitor de gimnasio: Se enfoca en el entrenamiento general y puede no tener formación específica en las necesidades de los adultos mayores.​

  • Fisioterapeuta: Especializado en la rehabilitación y tratamiento de lesiones, pero no necesariamente en la promoción de la actividad física en poblaciones mayores.​

  • Instructor para mayores: Combina conocimientos de ejercicio y envejecimiento para diseñar programas seguros y efectivos para adultos mayores.​

Habilidades sociales: empatía, escucha activa y comunicación

Además de la formación técnica, es esencial que el instructor posea habilidades interpersonales como la empatía, la escucha activa y la capacidad de comunicación efectiva para motivar y guiar a los adultos mayores en su camino hacia un estilo de vida activo.​

Planificación del entrenamiento físico-recreativo

Tipos de actividades recomendadas: aeróbico, fuerza, equilibrio y coordinación

  • Aeróbico: Caminar, nadar o andar en bicicleta para mejorar la resistencia cardiovascular. 

  • Fuerza: Ejercicios con pesas ligeras o bandas elásticas para mantener la masa muscular.​ 

  • Equilibrio: Ejercicios como el tai chi para prevenir caídas.​

  • Coordinación: Actividades que requieren movimientos sincronizados para mejorar la agilidad.​

Metodología adaptada a la tercera edad

La planificación debe ser individualizada, considerando las capacidades y limitaciones de cada persona. Es importante comenzar con ejercicios de baja intensidad y aumentar progresivamente la dificultad. La variedad en las actividades también ayuda a mantener la motivación y el interés.​

Sesiones prácticas: estructura, progresión y seguridad

  • Estructura: Incluir calentamiento, fase principal y enfriamiento.​

  • Progresión: Aumentar gradualmente la intensidad y duración de los ejercicios.​

  • Seguridad: Supervisar la técnica y proporcionar apoyo para prevenir lesiones.​

Para más detalles sobre la planificación de actividades físico-recreativas, puedes consultar el plan de actividades para adultos mayores de TENA.

Psicología y motivación en el adulto mayor

Cómo generar adherencia y confianza en el entrenamiento

El mayor reto a la hora de iniciar un programa de actividad física en la tercera edad no es siempre físico, sino psicológico. Las personas mayores, en muchos casos, llegan con una historia de sedentarismo, inseguridad o incluso miedos frente al movimiento. Para lograr adherencia, es clave establecer metas realistas, progresivas y personalizadas, siempre desde una mirada positiva del proceso.

Crear un ambiente cálido, acogedor y socialmente estimulante —como una sala fitness adaptada, con buena música y trato cercano— puede marcar la diferencia. Las rutinas que se realizan en grupo, en compañía y con refuerzo constante, aumentan la motivación y la continuidad, como destaca este artículo sobre el bienestar psicológico del adulto mayor publicado por Psyalive.

Rol del monitor como acompañante emocional

El monitor que trabaja con adultos mayores no solo debe saber de ejercicios: también debe saber de personas. Escuchar con atención, mostrar empatía y reforzar la confianza en sus capacidades es casi tan importante como diseñar bien la rutina. Este rol de acompañante emocional, casi “coach de vida activa”, es parte del valor diferencial frente a otros perfiles como el entrenador personal convencional.

Superar miedos, barreras mentales y sedentarismo

Muchos adultos mayores sienten temor al dolor, a caer, o a no “estar a la altura”. Es aquí donde entra en juego la comunicación motivadora. Usar ejemplos de otras personas de su misma edad que han mejorado, celebrar cada pequeño logro, o recordarles los beneficios diarios de moverse —como poder subir escaleras o jugar con los nietos— tiene un enorme impacto. Romper esas barreras mentales es el primer paso para salir del sedentarismo crónico.

Nutrición, hidratación y recuperación en personas mayores

¿Debe el monitor dar pautas nutricionales?

Aunque el monitor de gimnasio puede tener conocimientos básicos de alimentación, no debe sustituir al nutricionista. Su función es promover hábitos saludables generales, pero sin personalizar dietas. Lo recomendable es trabajar de forma coordinada con profesionales de la nutrición, sobre todo si hay patologías de base.

Dicho esto, es fundamental que el monitor esté formado y certificado para entender las particularidades nutricionales de esta etapa. En ese sentido, formaciones avaladas por instituciones como ARP Certificate garantizan que los profesionales tengan la preparación adecuada para actuar con responsabilidad y criterio.

Importancia de la hidratación y los tiempos de descanso

En la tercera edad, la sensación de sed disminuye, lo que eleva el riesgo de deshidratación, especialmente durante el ejercicio. El monitor debe recordar y facilitar la hidratación constante, incluso con horarios establecidos si es necesario.

Asimismo, el tiempo de recuperación entre sesiones debe adaptarse. La regeneración muscular es más lenta en adultos mayores, y el sueño puede ser menos reparador. Alternar días de intensidad con días más suaves o incluso activos (como caminatas o ejercicios respiratorios) es parte de un buen programa de entrenamiento.

Trabajo multidisciplinar con nutricionistas y profesionales sanitarios

Un buen programa de actividad física para la tercera edad no se construye en solitario. El trabajo conjunto con médicos, fisioterapeutas y nutricionistas asegura que las intervenciones sean seguras, efectivas y adaptadas a cada caso. Este enfoque integral es clave para mantener la autonomía y el bienestar a largo plazo.

Actividad física adaptada: diversidad funcional y limitaciones

Entrenar con artrosis, hipertensión, diabetes u otras patologías

Las patologías crónicas son frecuentes en la tercera edad, pero no deben ser una excusa para la inactividad. Todo lo contrario: una rutina adaptada puede mejorar los síntomas y la calidad de vida. Por ejemplo:

  • Con artrosis, se recomienda el trabajo de bajo impacto, como ejercicios en el agua o caminatas suaves.

  • En casos de hipertensión, el control de la respiración y la actividad aeróbica moderada son fundamentales.

  • Con diabetes tipo 2, el entrenamiento puede mejorar la sensibilidad a la insulina y el control glucémico.

El papel del entrenador personal en estos casos es diseñar un plan individualizado, siempre en coordinación con los médicos de referencia. Según este artículo de G-SE, el entrenamiento de fuerza, bien dosificado, es seguro y efectivo incluso para personas con limitaciones físicas.

Ejercicios en silla, apoyos y trabajo acuático

La versatilidad del entrenamiento adaptado es clave. Existen múltiples opciones para personas con movilidad reducida:

  • Ejercicios en silla: para mejorar fuerza y coordinación sin riesgo de caídas.

  • Uso de apoyos: como barras, bandas o pelotas para facilitar el equilibrio.

  • Trabajo acuático: ideal para proteger articulaciones y reducir impacto.

Estos enfoques permiten mantener una actividad física regular incluso en los perfiles más frágiles.

Fitness inclusivo: adaptar sin excluir

El enfoque debe ser inclusivo, no condescendiente. No se trata de "hacer algo suave porque ya no pueden", sino de adaptar con inteligencia para que cada persona entrene dentro de sus posibilidades. La inclusión en una sala fitness bien gestionada mejora no solo la condición física, sino también el estado de ánimo y la autoestima de los adultos mayores.

Cómo evaluar el progreso de manera segura y realista

Test funcionales simples y validados

Medir el progreso es clave para mantener la motivación y ajustar el plan de entrenamiento. Existen test funcionales validados para la tercera edad que pueden aplicarse sin riesgo:

  • Chair Stand Test: mide la fuerza de piernas.

  • Timed Up and Go (TUG): evalúa equilibrio y movilidad.

  • Test de flexión de brazo en silla: para la fuerza del tren superior.

Estos test permiten detectar mejoras reales en capacidades clave como la movilidad, el equilibrio y la fuerza funcional.

Herramientas digitales para el seguimiento

Hoy en día, hay aplicaciones y plataformas que ayudan a hacer un seguimiento personalizado del progreso. Desde apps de salud que registran pasos y niveles de actividad, hasta hojas digitales donde anotar repeticiones y sensaciones post-ejercicio. Incluso en la tercera edad, muchos usuarios se animan a usar tablets o móviles con supervisión, lo que fortalece su autonomía.

Indicadores de mejora física y bienestar

Más allá de los datos objetivos, es importante atender a indicadores subjetivos como:

  • Mayor energía en el día a día

  • Mejora del estado de ánimo

  • Disminución del dolor articular

  • Aumento de la participación social

Estos elementos reflejan un avance integral y muestran que el entrenamiento no es solo físico, sino también emocional y funcional.

Actividades recreativas que potencian el bienestar integral

Juegos, baile, circuitos lúdicos y dinámicas grupales

El ejercicio no tiene por qué ser aburrido o monótono. En la tercera edad, las actividades recreativas cobran un papel esencial: permiten moverse mientras se disfruta. Bailes suaves, juegos con pelotas, dinámicas con música y circuitos con estaciones temáticas pueden convertir una rutina en una experiencia divertida y motivadora. Según destaca Fundación Pasqual Maragall, la estimulación cognitiva y física a través del juego ayuda a mejorar la memoria, el estado de ánimo y la calidad de vida.

Cómo fomentar la socialización y la autoestima

El componente grupal no es un extra, es un pilar. Compartir risas, apoyarse mutuamente o superar pequeños retos en equipo refuerza los vínculos sociales, clave para reducir la soledad. Además, al sentirse útiles y capaces, las personas mayores fortalecen su autoestima, algo que impacta directamente en su bienestar emocional.

El ejercicio como motor de alegría y conexión

Desde una clase de zumba suave hasta una caminata en grupo con pausas activas, todo suma. Lo importante es que cada sesión de actividad física sea una oportunidad para reír, expresarse y conectar con otros. El monitor de gimnasio tiene la misión de crear estos espacios seguros y estimulantes, más allá del rendimiento físico.

Estrategias para prevenir caídas y lesiones

Fortalecimiento del core y trabajo de equilibrio

Uno de los mayores riesgos en la tercera edad son las caídas. Por eso, trabajar el equilibrio, la fuerza del core y la coordinación es fundamental. Ejercicios como sentadillas asistidas, caminatas con conos o balance sobre superficies inestables pueden ayudar a mejorar la estabilidad funcional y reducir accidentes.

El entorno de entrenamiento seguro: iluminación, superficie, apoyos

La prevención no solo está en el cuerpo, también en el entorno. Espacios bien iluminados, suelos antideslizantes, pasamanos y superficies planas son esenciales para minimizar riesgos. Según el portal de salud Quirónsalud, adaptar el entorno es tan importante como el propio ejercicio físico.

Programas específicos de prevención validados científicamente

Hoy en día, existen protocolos de prevención de caídas respaldados por evidencia científica. Algunos de ellos incluyen sesiones mixtas con ejercicios de fuerza, movilidad y entrenamiento funcional. Estar formado para aplicarlos correctamente es crucial, por eso instituciones como ARP CERTIFICATE certifican cursos especializados en actividad física para mayores, asegurando que el profesional esté capacitado para trabajar con este colectivo con seguridad y eficacia.

Salidas laborales del profesional en actividad física para mayores

Centros de día, residencias, gimnasios con sala senior

El campo laboral en este sector está creciendo con fuerza. Los monitores de gimnasio formados en personas mayores son cada vez más demandados en centros de día, residencias geriátricas y gimnasios con sala fitness adaptada a la tercera edad. Las actividades no solo se centran en el ejercicio, sino también en la recreación, prevención y acompañamiento emocional.

Talleres municipales y programas de envejecimiento activo

Muchas administraciones públicas apuestan por planes de envejecimiento activo, financiando programas en centros cívicos, polideportivos o talleres de barrios. Aquí, el rol del monitor cobra especial importancia por su contacto directo con la comunidad y su capacidad para generar impacto social positivo.

Entrenamiento personalizado y servicios a domicilio

Además, existe una creciente demanda de entrenadores personales especializados en tercera edad que ofrezcan servicios a domicilio. Este formato permite adaptar al máximo la rutina a las necesidades de cada persona y favorece una atención más cercana, ideal para quienes presentan limitaciones de movilidad o prefieren un entorno más privado.

Promover la actividad física en la tercera edad es invertir en salud, autonomía y bienestar emocional. A través del ejercicio adaptado, las personas mayores no solo mejoran su movilidad y equilibrio, sino que también fortalecen su autoestima y calidad de vida. Dinámicas grupales, juegos o ejercicios de fuerza suave pueden convertirse en poderosas herramientas de conexión y alegría. Por eso, contar con formación específica y actualizada es indispensable para brindar un servicio de calidad, seguro y ajustado a las verdaderas necesidades del adulto mayor.

Preguntas frecuentes sobre actividad física en la tercera edad

¿Puedo trabajar con mayores sin ser fisioterapeuta?


Sí, siempre que cuentes con formación adecuada en actividad física para mayores.

¿Qué formación mínima necesito?


Un curso certificado o especialización es lo mínimo necesario para actuar con seguridad y profesionalismo.

¿Hay demanda real de profesionales en esta área?


Sí, la población envejece y los servicios de bienestar físico para mayores están en auge.

¿Puedo compaginarlo con otras actividades como el entrenamiento personal?


Claro, muchos profesionales combinan estas intervenciones con su trabajo como entrenador personal o en sala fitness.

logosKitDigital